viernes, 17 de junio de 2011

Conserva de tomate casera

Se acerca el buen tiempo, y para los que tenemos un pequeño huerto, nos surge la ocasión de empezar a hacer conservas para aprovechar las frutas y/o verduras, técnica que podremos utilizar hasta el final del verano. En esta ocasión os presentamos una de las posibles formas de conservar tomate de forma eficaz durante unos meses. Resulta un hábito útil para contribuir a la mejora del medioambiente, puesto que cuántos más productos compramos… ¡más contaminación se produce!


Ingredientes:

Tomates, laurel, agua, vinagre, sal, tarros herméticos.

Elaboración:

1- Lava bien los tomates. Los tomates muy maduros y carnosos, pero sin desperfectos, son los mejores.

2- Esteriliza los botes con sus tapas y arandelas de goma, si las usas, en agua hirviendo unos minutos. Déjalos enfriar y sécalos bien.

3- Corta un poco los tomates en forma de cruz por un extremo, para favorecer al pelado posterior. Escáldalos durante 10 segundos en agua hirviendo, o hasta que veas que la piel en torno a las incisiones se empieza a arrugar.

4- Escurre y pasa los tomates por agua fría para que la piel encoja, y pela empezando por el corte en cruz. Pela con cuidado, el resultado será mejor si la pulpa no se estropea.

5- Introduce los tomates pelados en los botes esterilizados, apretando al máximo. Si quieres añade unas hojas de albahaca y laurel para aromatizarlos.

6- Mezcla agua con un poco de vinagre y sal, que ayudaran a conservarlos. Rellena los botes con el líquido hasta tapar por completo los tomates.

7- Cierra con su tapa y esteriliza al baño María a fuego medio, durante 30-40 minutos, más si los tarros son muy grandes. Es aconsejable que el agua cubra por completo los botes.

8- Deja enfriar dentro del agua un poco, saca y deja enfriar por completo. Comprueba que las tapas se han sellado herméticamente, por la acción del calor, y guarda en lugar fresco y seco, en una despensa o armario.

El resultado, una conserva de tomate tradicional, que se conservará durante varios meses en perfecto estado, a menos que algún bote no haya quedado totalmente hermético, por ello es necesario revisarlos de vez en cuando. Una vez abierto un frasco debe conservarse en la nevera y gastarse en pocos días. Esta conserva es muy útil, por ejemplo para realizar cualquier tipo de salsa con tomate de manera bastante rápida.

Esperemos que os sea de gran utilidad y ayude a provechar eficazmente los recursos de la tierra.



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