martes, 28 de junio de 2011

Calefacción solar a base de latas de refresco

Como venimos reivindicando hace tiempo, a menudo tenemos a mano los materiales necesarios para hacer pequeñas manualidades que contribuyan a ahorrarnos dinero a nosotros y contaminación al medio ambiente. Tal y como puede observarse en la imagen, vamos a diseñar un “artefacto” que permite calentar de forma eficiente un local cerrado del tamaño de una habitación. Esto se consigue gracias a que el aire frio que entra por la parte inferior se calienta a medida que asciende por el interior de las latas, saliendo por un orificio en la parte superior. Estos son los pasos a seguir:

1º- En primer lugar tenemos que elegir de qué tamaño queremos hacer el calentador, es decir, el número de latas a lo ancho y alto del dispositivo, para poder así construir la caja de madera que las va a contener. Por ejemplo, en el dispositivo de la imagen, las medidas son:

·Ancho: el justo para que quepan 5 latas.

·Largo: el mismo que 10 latas unidas entre sí, más 5 centímetros extra para favorecer la salida del aire.

·Alto: un poco más que el de una lata en horizontal.

Los bordes interiores de la caja han de sellarse con silicona, para evitar escapes de aire y que la eficacia sea lo mayor posible.

2º- Las latas han de pintarse de negro, puesto que así absorberán mayor cantidad de energía solar, que es el fundamento de nuestro “artilugio”.

3º- A continuación hemos de hacer un agujero lateral para la entrada de aire frío a las 5 latas de la base, y un agujero inferior a las latas superiores, que se unirán con las que tengan encima mediante silicona para evitar pérdidas de aire de un lata a la siguiente. Cada hilera de latas ha de ir fijada al fondo de la caja para evitar holguras.

4º- La entrada de aire frío a las latas se consigue mediante un agujero que deberemos realizar en un borde de la caja. De forma similar, en la parte superior, realizaremos un agujero centrado, al que conectaremos un tubo, el cual conducirá el aire caliente a la habitación que deseemos.

5º- Por último se sella la caja encima de las latas con una lámina de plástico (por ejemplo polimetilmetacrilato), fijándola con silicona en los bordes de la caja.

Una vez acabo, podemos apoyarlo en una pared o fabricar una pequeña estructura donde quede fijado. Este calefactor casero es muy útil para zonas (o alguna habitación en concreto) frías, pero que tienen sol al menudo, para poder funcionar.

Para más información, consultar el sitio web http://desenchufados.net/

viernes, 24 de junio de 2011

Fertilizante natural de ortigas

Con la llegada definitiva del buen tiempo nos resulta más fácil cuidar de las plantas y flores que tenemos en casa y en el jardín. Adicionalmente a los trucos que os hemos dado con anterioridad, en esta ocasión os presentamos una forma alternativa de fertilizar las plantas, haciendo uso además de una planta que todos conocemos y posiblemente no sea difícil de conseguir, la ortiga.

El proceso es el siguiente:

1º- Se mezclan en un recipiente agua y ortigas en una proporción tal que por cada 10 litros de agua se añada 1 kilo de ortigas.

2º- Se tapa bien el recipiente con un plástico en medio para asegurar la hermeticidad.

3º- Se mantiene de esta forma durante varias semanas (entre 4 y 6), removiendo con un palo cada dos o tres días y volviendo a taparlo.

4º- Cuando la mezcla esté descompuesta se cuela y el líquido resultante se diluye en agua a razón de 1 parte del mismo por cada diez de agua. Este será nuestro fertilizante final.

Esperemos que os sea útil este consejo, puesto que es muy fácil de poner en práctica… y ya sabéis, ¡regad a primera hora de la mañana o a última de la tarde!


martes, 21 de junio de 2011

Moda sostenible al alcance de nuestra mano

En la sociedad de consumo en la que vivimos, sucede muy a menudo que compramos todo tipo de productos sin ver “más allá”. La fabricación de millones de prendas en todo el planeta conlleva una explotación de los recursos naturales, que en su mayoría no se van a recuperar mediante el reciclaje. Sin embargo existen otros factores que hay que tener en cuenta a la hora de valorar el impacto de la producción de una determinada prenda:

a) A lo largo del ciclo de vida de la ropa, los procesos donde se producen mayores impactos ambientales son en la obtención de materias primas y la producción de los tejidos, cuyo mayor problema radica en el uso de tintes y blanqueo del tejido.

b) Cada vez más se utilizan fibras artificiales obtenidas mediante síntesis química, y fibras sintéticas a partir de derivados del petróleo, recurso no renovable, generando un gran impacto ambiental en su producción.

c) Las prendas que compramos se producen en los países del Sur, a menudo ignorando los derechos de los trabajadores. Por ello, algunas empresas productoras han comenzado a elaborar códigos de conducta y memorias sociales o de sostenibilidad, que recogen los compromisos éticos y sociales de la producción, así como su comportamiento medioambiental.

¿Qué puedes hacer tú?

  • Antes de comprar, infórmate sobre el compromiso medioambiental y social de la empresa productora.
  • Adquiere prendas fabricadas con materiales procedentes de la agricultura ecológica como el algodón orgánico.
  • Compra ropa y calzado fabricada con materiales reciclados y procedentes del comercio justo.
  • Fíjate en el etiquetado de la ropa o el calzado antes de comprarlo, ya que se nos informa de las fibras de las que lo componen. Si contienen etiquetas como las de la imagen superior, estaremos hablando de una prenda medioambientalmente más sostenible.
  • Recuerda que los tejidos naturales (lana, algodón, lino, yute, etc.) son mucho más fáciles de reciclar y menos contaminantes, tanto en su producción como en su gestión como residuo, que los sintéticos.
  • Valora la adquisición de ropa de segunda mano.
  • No compres pieles. Algunas especies como la nutria, el lince o la marta están en peligro de extinción y son muy apreciadas en la realización de abrigos y otras prendas.
  • La ropa o calzado en buen estado que ya no está de moda o que no te vale, regálala o entrégala a tiendas o entidades benéficas.
  • Reutiliza la ropa inservible para otros usos, por ejemplo trapos de cocina que puedes hacer con los retales.

Los principales establecimientos en los que tenemos la posibilidad de comprar ropa procedente del comercio justo en Cantabria son Intermón Oxfam, Gira por el desarrollo y Coorcopar.

viernes, 17 de junio de 2011

Conserva de tomate casera

Se acerca el buen tiempo, y para los que tenemos un pequeño huerto, nos surge la ocasión de empezar a hacer conservas para aprovechar las frutas y/o verduras, técnica que podremos utilizar hasta el final del verano. En esta ocasión os presentamos una de las posibles formas de conservar tomate de forma eficaz durante unos meses. Resulta un hábito útil para contribuir a la mejora del medioambiente, puesto que cuántos más productos compramos… ¡más contaminación se produce!


Ingredientes:

Tomates, laurel, agua, vinagre, sal, tarros herméticos.

Elaboración:

1- Lava bien los tomates. Los tomates muy maduros y carnosos, pero sin desperfectos, son los mejores.

2- Esteriliza los botes con sus tapas y arandelas de goma, si las usas, en agua hirviendo unos minutos. Déjalos enfriar y sécalos bien.

3- Corta un poco los tomates en forma de cruz por un extremo, para favorecer al pelado posterior. Escáldalos durante 10 segundos en agua hirviendo, o hasta que veas que la piel en torno a las incisiones se empieza a arrugar.

4- Escurre y pasa los tomates por agua fría para que la piel encoja, y pela empezando por el corte en cruz. Pela con cuidado, el resultado será mejor si la pulpa no se estropea.

5- Introduce los tomates pelados en los botes esterilizados, apretando al máximo. Si quieres añade unas hojas de albahaca y laurel para aromatizarlos.

6- Mezcla agua con un poco de vinagre y sal, que ayudaran a conservarlos. Rellena los botes con el líquido hasta tapar por completo los tomates.

7- Cierra con su tapa y esteriliza al baño María a fuego medio, durante 30-40 minutos, más si los tarros son muy grandes. Es aconsejable que el agua cubra por completo los botes.

8- Deja enfriar dentro del agua un poco, saca y deja enfriar por completo. Comprueba que las tapas se han sellado herméticamente, por la acción del calor, y guarda en lugar fresco y seco, en una despensa o armario.

El resultado, una conserva de tomate tradicional, que se conservará durante varios meses en perfecto estado, a menos que algún bote no haya quedado totalmente hermético, por ello es necesario revisarlos de vez en cuando. Una vez abierto un frasco debe conservarse en la nevera y gastarse en pocos días. Esta conserva es muy útil, por ejemplo para realizar cualquier tipo de salsa con tomate de manera bastante rápida.

Esperemos que os sea de gran utilidad y ayude a provechar eficazmente los recursos de la tierra.