Hay que resaltar que los métodos naturales, como éste, son una alternativa eficaz a los productos químicos que contienen los productos comerciales para el cuidado de la piel; su ventaja reside en que se pueden lograr los mismos resultados evitando que sustancias como los parabenos puedan afectar a las señales nerviosas y hormonales en nuestro cuerpo. Además, el resto de los agentes químicos pueden ser susceptibles de causar irritaciones y alergias.
A continuación se describe el proceso de fabricación:
Ingredientes: Avena, agua y miel.
Paso 1: Echar un cuarto de taza de avena en un recipiente. La avena es el ingrediente principal, ya que absorbe el exceso de grasa y remueve las células muertes de la piel. La avena es recomendable que se haya molido previamente, por ejemplo con una licuadora o un molinillo de café.
Paso 2: Echar media taza de agua en el bol y mezcla los ingredientes. A continuación se añaden dos cucharaditas de miel, y se mezcla bien hasta obtener una pasta de consistencia suave.
Paso 3: Por último, se aplica la mascarilla en la cara y se deja reposar unos 15 minutos. Tras este tiempo, se retira la mascarilla con agua tibia y seca la piel con suavidad. ¡La avena y la miel humectan la piel de forma increíble!
Este sólo es un pequeño ejemplo de la gran cantidad de trucos caseros que nuestras madres o abuelas nos han ido transmitido con el paso de los años, por eso ¡nos gustaría que tú también compartieses con nosotros los tuyos! Sólo tienes que redactar brevemente tu truco personal y enviarlo a la dirección de correo medioambiente.blog@gmail.com ¡Todos podemos aportar nuevas ideas!
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